SAMANTA VILLAR
A Samanta Villar la he descubierto hace poco. Por esas cosas raras de la vida, en casa nos hemos ido aficionando a los programas de la CUATRO y de ese modo nos hemos ido alejando de otras cadenas como Tele 5 o Antena 3, las cuales veíamos habitualmente en busca de entretenimiento. Poco a poco, sin darnos cuenta, nos fuimos enganchando a las propuestas de este otro canal, por parecernos más interesantes e instructivas.
Primero empezamos con CUARTO MILENIO, programa que llevo años viendo religiosamente desde cuando lo daban en otras cadenas. Después vino la serie PERDIDOS. Luego vino PEKIN EXPRESS, y por último, he tropezado con 21 DÍAS, el programa al que da vida Samanta Villar.
Este programa en cuestión, tiene un slogan muy pegadizo. La presentadora dice que como no es lo mismo contarlo que vivirlo, ella va a vivir en sus propias carnes, la experiencia de que se trate durante 21 días.
De este modo se ha pasado 21 días viviendo en la calle, machacando su cuerpo, viviendo en el lujo, con los ojos tapados, en una mina abandonada de Bolivia, fumando porros, etc.
El primer programa que yo vi fue el de la mina y desde entonces me he enganchado al programa, y más que nada, a Samanta. Su programa tiene un formato verdaderamente atractivo, y muchos piensan, entre ellos yo, que no durará mucho tiempo, puesto que ella no encontrará muchos ambientes en los que poder desempeñarse. Sin embargo, esperamos con impaciencia que llegue el día del nuevo programa, puesto que lo ponen una vez al mes.
Decía que la presentadora me resulta una persona especialmente atractiva. Al menos a mí me lo parece y mucho. ¿Por qué? Pues por varias razones. Es una chica que parece haber caído como una marciana en ese mundo de la televisión. Tal parece como si no estaría contaminada con los vicios de ese mundo al que ella, de alguna manera pertenece.
Su imagen parece más auténtica, más cercana al pueblo llano. Le cuesta trabajo llevar tacones, se siente como una extraterrestre entre personas ricas, muestra, aunque de una forma un tanto velada, una ideología política cercana a la izquierda, y se ha atrevido a tener experiencias que muchas periodistas no se habrían atrevido. No sólo lo ha hecho, sino que no se le ha visto especialmente escrupulosa, y lo mejor de todo, se ha encariñado con esas personas, la hemos visto llorar de emoción y esas lágrimas no pueden ser fingidas.
Luego, ya desde la mirada del astrólogo y del vidente, de la cual no me puedo separar, encuentro en esta chica virgo, una verdadera necesidad espiritual de hacer de su trabajo algo útil para la sociedad. Creo que se sentiría mal si su trabajo desembocara en lo banal o superfluo. Tal vez no esté haciendo este programa mucho tiempo, pero sé que para ella, a nivel de realización personal, la va a dejar muy llena. Y es que Samanta se le nota que necesita hacer algo por el prójimo.
También desde los ojos del vidente, detecto en ella un aspecto de su personalidad que apenas sale a relucir en el programa, y es su cabeza dura. Sé que será difícil hacerla cambiar de opinión una vez que tiene una decisión tomada. Sé también, o mejor dicho, sospecho, que ella misma se habrá fabricado una coraza para luchar contra esa persona frágil que en el fondo, pero allá muy en el fondo es.
Luego, tiene otras armas a su favor, y es su físico, y su voz. No es una mujer atractiva al estilo de las divas de Hollywood, pero tiene unos ojos muy expresivos y cautivadores, ojos que dicen a un buen observador mucho más de lo que ella expresa con palabras. Su voz es cálida y cercana. Agradable al oído, aún cuando no esté diciendo algo especialmente inteligente.
Samanta Villar no es ese tipo de persona que cae bien desde el primer momento en que la ves, pues tiene una mirada dura y altanera. Sin embargo, enseguida descubrimos a una niña dentro de ella, a un ser idealista que cree de veras en que un mundo mejor es posible. Eso es lo que hace que termine robándonos el corazón.
Desde que la descubrí la he buscado obsesivamente por la red. He visto todos sus programas, he leído las entrevistas que le han hecho, he visitado la página web de 21 DÍAS, y creo que seguiré disfrutando de su trabajo, el cual tiene el valor real de acercarnos a realidades muy dispares, desde una mirada poco común en televisión.
TADEO