lunes, 27 de octubre de 2008

SETAS

SETAS

En el País Vasco, así como en la mayoría de las regiones de España, existe una acentuada cultura micológica. El término MICOLOGÍA viene de la palabra myces que significa hongos, y logía, que significa tratado o estudio.

La historia de los hongos es tan antigua como la del propio hombre. Por algún motivo, los humanos hemos puesto nuestra atención en estas curiosas plantas y se le han atribuido desde propiedades nutricionales, medicinales y hasta mágicas, sin dejar de mencionar que algunas de ellas son altamente nocivas para la salud, pudiendo provocar la muerte en caso de ser ingeridas.

Entre los hongos, los más conocidos son los denominados macromicetos o simplemente SETAS, que son aquellos hongos que por su tamaño son apreciables a simple vista. Sin embargo, con la aparición del microscopio en el siglo XVII el hombre descubrió que el universo micológico iba mucho más allá de lo que su vista podía llegar a alcanzar.

En mi país natal, Cuba, existen hongos, pero no tenemos una cultura culinaria enlazada con lo micológico. A nadie se le ocurre allí (al menos que yo sepa) llevar a la cazuela las setas que se encuentra por el campo.

Sí sé de algunas setas que nacen en los excrementos de las vacas y otros animales que tienen propiedades alucinógenas y algunas personas las han utilizado para drogarse, unos, por el simple placer de experimentar estos estados alterados de conciencia sin más, y otros, por cumplir con ciertos rituales propios de creencias religiosas sobre todo sectarias y propias de prácticas esotéricas de lo más variadas.
Estado yo en la Universidad de la Habana, escuché a un amigo comentar sobre sus experiencias con las setas. Él había tenido la oportunidad de viajar a Alemania, y allí nos contó que había comido setas por primera vez en su vida y que le habían parecido muy buenas. Nosotros le preguntamos sobre el sabor, la textura, etc, y él se hizo un lío para explicarnos. De hecho nos dijo que sabían como a carne, eso sí, una carne muy suave.

Al venirme a vivir a España, pude probar por primera vez las setas. Pero más que su sabor, me interesó ver cómo el pueblo vasco demostraba tener un conocimiento muy basto sobre el tema micológico. Muchos ancianos sobre todo, tienen el subir al monte a recoger setas, como una especie de deporte.

La gente guarda celosamente el secreto sobre los lugares donde han conseguido hallar esas especies de setas más valorada por su exquisitez como manjar. Una de ellas es la AMANITA CESÁREA, entre otras. Cuando le preguntas a alguien, dónde las ha encontrado, te dice socarronamente: “En el monte”.
Otra cosa que me ha llamado la atención es que hay personas que compiten los unos con los otros por ser reconocidos como el que más sabe de setas. A veces estas discusiones entre supuestos entendidos, o simples alardosos, ha terminado mal.
Me contaron que una vez dos señores discutían sobre una seta en concreto. Uno decía que era venenosa, y el otro decía que no lo era. Al final, el que decía que se podía comer, le pegó una mordida delante de todos para que todos vieran que tenía la razón. Horas después terminó en el hospital y estuvo a punto de morir.

Quien no conozca de setas, que se cuide muy mucho de comerlas sin saber lo que se está llevando a la boca. Puede ser muy peligroso. Y si no las has probado nunca, pues te invito a hacerlo, siempre de modo concienzudo y bien asesorado por los que entienden del tema. Seguramente no se arrepentirá.
TADEO

jueves, 23 de octubre de 2008

EL GATO Y EL RATÓN


EL GATO Y EL RATÓN

Hacía ya tiempo que notaba a mi gato un tanto extraño. Siempre fue algo silencioso y relamido, pero últimamente notaba algo en él que me tenía un poco preocupado. Le ponía su pescado frito, y aunque comía, no lo disfrutaba tanto como era de esperarse en un felino. Un día, tal vez por estar pensando en las musarañas, terminó clavándose una espina en el cielo de la boca, y tuve que llevarlo al veterinario para que se la sacara.

-¿Dónde se ha visto un gato pinchándose con las espinas de un pescado? Dijo el veterinario mientras le solucionaba el problema. Pero Cándido, que es como se llama mi gato, parecía como con la mente en las nubes. Ni se quejaba, ni solicitó un poco de anestesia como era de esperarse en un transe de este tipo. Dicen que los animales terminan pareciéndose a sus dueños, pero la verdad es que en esto, mi pequeño Cándido no se parece en nada a mí, o sino, que se lo pregunten a mi médico.

El hecho es que los ratones andaban campando a sus anchas por la casa y claro, ¿para qué quieres un gato sino es para que mantenga a raya a estos incómodos roedores?

Un día llegué a casa unas horas antes de lo previsto y me encontré al gato echado frente al ordenador y miraba el ratón informático de un modo peculiar. Parece que le llamaba la atención y yo dije:
-Caramba, en vez de interesarte por los ratones de carne y hueso. Algo está pasando en este mundo que vamos cada vez de mal en peor.
El caso es que Cándido no me quitaba ojo cuando me veía encender mi computadora. Desde su esquina, en el más absoluto silencio, escudriñaba con su mirada penetrante la caja cuadrada ante la que me sentaba yo con asiduidad. A veces se acomodaba en mis piernas buscando calor o cariño, pensaba yo.

¡Qué equivocado estaba con Cándido! Luego supe que sólo quería estar más cerca de la pantalla y de mis manos. Sus ojos seguían con astucia felina cada uno de mis movimientos, cada uno de mis vertiginosos juegos de manos recorriendo frenéticos el teclado haciendo aparecer ante ambos, el gato y yo, la maravilla de la informática y del Internet.

Pero anoche fue el no va más. En un momento en que bajé a la cocina a prepararme una limonada para combatir el excesivo calor, Cándido ocupó mi puesto apoltronándose bien en mi butaca.

Yo, tranquilamente, llené el vaso de agua, partí en dos rodajas el limón, las exprimí haciendo presión con mis dedos hasta agotar el zumo de la fruta. Acerqué el azucarillo y puse dos cucharadas grandes, como es mi costumbre, removí una y otra vez y al final, puse un chorrito de ron cubano. Subí a la habitación y me quedé sin palabras.

Cándido, todo lo rápido que pudo, cerró la página, pero lo había visto todo. Él dice que no, que son alucinaciones mías, que el alcohol de la limonada. Pero no me convence. Yo sé lo que vi y nadie me va a hacer pensar de otro modo.
-A ver si tomas ejemplo del gato con botas, le dije yo, y te dejas de esas cochinadas.
No sé si será el cambio climático o qué, pero la naturaleza está cambiando y al final, cuando nos queramos dar cuenta, ya esto no habrá quien lo pare.

TADEO

lunes, 20 de octubre de 2008

BILBAO POESÍA 2008


BILBAO POESÍA 2008

El domingo 19 de octubre tuve la suerte de leer poesía en la actividad literaria que se efectuó en el Arenal, junto a la ría de Bilbao y muy cerca del mercado de las flores que cada domingo se monta por aquella zona del casco viejo de la capital vizcaína.

Compartí escenario, entre otros, con los poetas Josune Muñoz y Edorta Jiménez, quienes conjuntamente con Soledad, una amiga ecuatoriana y un poeta magrebí de nombre Mohamed hicieron las delicias los allí congregados. Amenizando la actividad contamos con la presencia del estupendo grupo musical Four Friends que con sus bellas melodías redondearon con broche de oro el mediodía dominical.
La novena jornada de la poesía bilbaína comenzó el día 13 de octubre y hasta hoy día 20 de octubre se ha desarrollado en diferentes locaciones de esta ciudad aunque su plaza fuerte fue la biblioteca de Bidebarrieta. También se realizaron actividades en el Arenal bilbaíno, el mercado de la Ribera, la cafetería del kiosco del Arenal y la sala multiusos Bilborock en la que se efectuó un concierto de hip-hop.

Este año, las actividades poéticas fueron dedicadas especialmente al género poético conocido como Poesía Erótica. Entre la veintena de poetas que pasaron por Bilbao a lo largo de estos últimos 7 días, destacan los nombres de Antonio Gala, el afamado novelista y poeta español de renombre nacional e internacional, Juan Antonio González Iglesias, último ganador del premio Loewe, Pere Gimferrer, premio Reina Sofía de poesía.

TADEO

viernes, 17 de octubre de 2008

ARAÑAS PELUDAS

ARAÑAS PELUDAS

Hay personas que sueñan con arañas y son casi siempre sueños angustiosos. Las arañas son de esos bichos que nos meten sustos y que pueden hacernos daño si llegan a picarnos.

Recuerdo que en Cuba las había muy grandes y cuando llovía, algunas de ellas se refugiaban en las casas y, al menos en la mía, era posible encontrarse a alguna. En más de una ocasión, mientras afuera diluviaba, tuvimos que enfrentarnos a alguno de estos monstruos peludos.

Sin embargo, la araña más grande que he tenido delante no era para nada peligrosa. Se trataba de la escultura arácnida del museo Guggenheim de Bilbao. Su nombre es “Mamá” y es una obra de la famosa escultora francesa Louise Bourgeois.

Lo curioso es que no hace mucho me encontré estas mismas arañas en París en el jardín de las Tullerías, y bueno, no es raro que esto me hubiera sucedido en la Ciudad de la Luz, teniendo en cuenta la nacionalidad de su autora.
Sin embargo, la sorpresa mayor la experimenté cuando me encontré en plena Habana estos mismos bichos de bronce y de diez metros de altitud. Enseguida me acordé de aquellas arañas que aún me persiguen en mis recuerdos tan etéreas y tan desafiantes y peludas.
TADEO