SETAS
En el País Vasco, así como en la mayoría de las regiones de España, existe una acentuada cultura micológica. El término MICOLOGÍA viene de la palabra myces que significa hongos, y logía, que significa tratado o estudio.
La historia de los hongos es tan antigua como la del propio hombre. Por algún motivo, los humanos hemos puesto nuestra atención en estas curiosas plantas y se le han atribuido desde propiedades nutricionales, medicinales y hasta mágicas, sin dejar de mencionar que algunas de ellas son altamente nocivas para la salud, pudiendo provocar la muerte en caso de ser ingeridas.
En el País Vasco, así como en la mayoría de las regiones de España, existe una acentuada cultura micológica. El término MICOLOGÍA viene de la palabra myces que significa hongos, y logía, que significa tratado o estudio.
La historia de los hongos es tan antigua como la del propio hombre. Por algún motivo, los humanos hemos puesto nuestra atención en estas curiosas plantas y se le han atribuido desde propiedades nutricionales, medicinales y hasta mágicas, sin dejar de mencionar que algunas de ellas son altamente nocivas para la salud, pudiendo provocar la muerte en caso de ser ingeridas.
Entre los hongos, los más conocidos son los denominados macromicetos o simplemente SETAS, que son aquellos hongos que por su tamaño son apreciables a simple vista. Sin embargo, con la aparición del microscopio en el siglo XVII el hombre descubrió que el universo micológico iba mucho más allá de lo que su vista podía llegar a alcanzar.
En mi país natal, Cuba, existen hongos, pero no tenemos una cultura culinaria enlazada con lo micológico. A nadie se le ocurre allí (al menos que yo sepa) llevar a la cazuela las setas que se encuentra por el campo.
Sí sé de algunas setas que nacen en los excrementos de las vacas y otros animales que tienen propiedades alucinógenas y algunas personas las han utilizado para drogarse, unos, por el simple placer de experimentar estos estados alterados de conciencia sin más, y otros, por cumplir con ciertos rituales propios de creencias religiosas sobre todo sectarias y propias de prácticas esotéricas de lo más variadas.
En mi país natal, Cuba, existen hongos, pero no tenemos una cultura culinaria enlazada con lo micológico. A nadie se le ocurre allí (al menos que yo sepa) llevar a la cazuela las setas que se encuentra por el campo.
Sí sé de algunas setas que nacen en los excrementos de las vacas y otros animales que tienen propiedades alucinógenas y algunas personas las han utilizado para drogarse, unos, por el simple placer de experimentar estos estados alterados de conciencia sin más, y otros, por cumplir con ciertos rituales propios de creencias religiosas sobre todo sectarias y propias de prácticas esotéricas de lo más variadas.
Estado yo en la Universidad de la Habana, escuché a un amigo comentar sobre sus experiencias con las setas. Él había tenido la oportunidad de viajar a Alemania, y allí nos contó que había comido setas por primera vez en su vida y que le habían parecido muy buenas. Nosotros le preguntamos sobre el sabor, la textura, etc, y él se hizo un lío para explicarnos. De hecho nos dijo que sabían como a carne, eso sí, una carne muy suave.
Al venirme a vivir a España, pude probar por primera vez las setas. Pero más que su sabor, me interesó ver cómo el pueblo vasco demostraba tener un conocimiento muy basto sobre el tema micológico. Muchos ancianos sobre todo, tienen el subir al monte a recoger setas, como una especie de deporte.
La gente guarda celosamente el secreto sobre los lugares donde han conseguido hallar esas especies de setas más valorada por su exquisitez como manjar. Una de ellas es la AMANITA CESÁREA, entre otras. Cuando le preguntas a alguien, dónde las ha encontrado, te dice socarronamente: “En el monte”.
Al venirme a vivir a España, pude probar por primera vez las setas. Pero más que su sabor, me interesó ver cómo el pueblo vasco demostraba tener un conocimiento muy basto sobre el tema micológico. Muchos ancianos sobre todo, tienen el subir al monte a recoger setas, como una especie de deporte.
La gente guarda celosamente el secreto sobre los lugares donde han conseguido hallar esas especies de setas más valorada por su exquisitez como manjar. Una de ellas es la AMANITA CESÁREA, entre otras. Cuando le preguntas a alguien, dónde las ha encontrado, te dice socarronamente: “En el monte”.
Otra cosa que me ha llamado la atención es que hay personas que compiten los unos con los otros por ser reconocidos como el que más sabe de setas. A veces estas discusiones entre supuestos entendidos, o simples alardosos, ha terminado mal.
Me contaron que una vez dos señores discutían sobre una seta en concreto. Uno decía que era venenosa, y el otro decía que no lo era. Al final, el que decía que se podía comer, le pegó una mordida delante de todos para que todos vieran que tenía la razón. Horas después terminó en el hospital y estuvo a punto de morir.
Quien no conozca de setas, que se cuide muy mucho de comerlas sin saber lo que se está llevando a la boca. Puede ser muy peligroso. Y si no las has probado nunca, pues te invito a hacerlo, siempre de modo concienzudo y bien asesorado por los que entienden del tema. Seguramente no se arrepentirá.
TADEO