domingo, 19 de abril de 2009

OLER EL PELIGRO

OLER EL PELIGRO

Dicen que los seres humanos tenemos el 70% de nuestro cerebro inutilizado. Al parecer, tenemos una serie de facultades que nos resultan punto menos que desconocidas y que algunas de ellas se activan ante el peligro.

Mirando esta foto me pregunto yo si esta buena mujer, de safari por la sabana africana, sería capaz de oler el peligro. Está claro que el leopardo en cuestión sí que ha olido algo, aunque no sabremos a ciencia cierta qué. Ya me gustaría saber cual de los olores emitidos por su presa, le resultará más atractivo, si el olor a excrementos y pis humanos, o el olor que emiten los genitales de una hembra de otra especie, o si el felino únicamente ve en esta turista un apetitoso pedazo de carne.

A lo mejor me estoy equivocando de plano y el hermoso ejemplar de su especie, sólo está sorprendido al ver que los humanos también defecamos, porque tal vez, del mismo modo en que a nosotros los humanos nos interesa saber todo del leopardo, tal vez a los leopardos también le interese saber todo de los humanos y a lo mejor no le hemos dado esa oportunidad. Ya lo dijo una vez el poeta: "Yo tengo más que el leopardo".

Pero volvamos a la humana. ¿ Olerá algo más que sus propios olores? Lo más probable es que las capacidades olfativas de una mujer de ciudad, de una mujer occidental, estén muy disminuidas como para detectar a un leopardo por el olor. Por cierto, ¿a qué huele un leopardo? No lo sé. En mi caso, no sería capaz de diferenciar el olor de un leopardo del olor de un tigre o de un león. Como mucho, podría diferenciar el olor de una gallina del olor de un cerdo, y ya es estarme exigiendo mucho.

También me pregunto si la mujer en cuestión estaría con estreñimiento y mentalmente estaría deseando algo que la ayudara a dar de cuerpo más rápido. Dicen que la mente es una fuerza y que si deseamos algo, es muy probable que eso que deseamos se convierta en realidad.

Y para finalizar, me pregunto también si el fotógrafo que capturó esta instantánea sería el marido de ella...

TADEO