sábado, 30 de mayo de 2009

EDURNE PASABÁN


EDURNE PASABÁN

Soy todo lo contrario a un alpinista. Jamás he pasado de los 1200 metros de altitud y no siento ningún interés por escalar montañas. Sin embargo, he mirado a los ojos a Edurne Pasabán en una campaña publicitaria de la tele y su mirada me ha conmovido.

Edurne Pasabán Lizarribar nació el 1 de agosto de 1973, pero no mira como miran las mujeres de fuego. Para ser Leo, su mirada está llena de inseguridad y de modestia. Sin embargo, tiene la ambición de ser la primera mujer en coronar 14 ochomiles, es decir, subirse antes que ninguna otra, a esas 14 montañas altísimas, las más altas del planeta. Ya sólo le faltan 2.

Ahora mismo acaba de regresar el Kangchenjunga (8.568 m) y se está recuperando de la gran paliza que se dio.

He estado leyendo hoy una entrevista que le hicieron para uno de los periódicos de aquí, y me impresionó mucho lo que dijo. Dijo que estuvo deseando quedarse a morir allá arriba en unos de los campos base, a unos 7400 metros. Dijo que sus compañeros, tal vez en un acto de amor, dejaron abandonadas sus mochilas jugándose la vida para ayudarla a ella a completar el descenso. Esto me conmovió.

Pensaba yo en esta chica que estuvo a punto de perder la vida y que regresó diciendo a las cámaras que no volvía a subir una montaña, y bueno, a estas alturas ya se está animando a seguir adelante, a ser la primera mujer en conseguir esto de los 14 montañones.

Seguramente pensará que las 2 que le quedan, el Annapurna (8.019 m) y el Shisha Pangma (8.046 m) son 500 metros más pequeños que esta última montaña que acaba de enfrentar.

Que Dios la bendiga y le permita salir con vida de esta ratonera en la que se ha metido. Dice ella que en su día tuvo que salir de una depresión muy fuerte y que considera a esa enfermedad, como la peor montaña que haya escalado jamás.
Ya ven, en esto sí parece Edurne una mujer de fuego. No hay signos más propensos a las depresiones y la autodestrucción que los signos de fuego. Pero sigo mirando a los ojos a esta muchacha y me estremezco. Hay un alma tan linda en ella. Desde hoy rezaré para que todo le salga bien y sus próximas escaladas no sean tan penosas como esta última.

TADEO

miércoles, 6 de mayo de 2009

LOBOS

LOBOS

Dicen que se están acabando los lobos. Cada vez hay menos en el mundo, y las ovejas aplauden contentas. Ahora les importa menos que las esquilen. Lucen sus cuerpos desnudos sabiendo que sus depredadores están de capa caída.

Rara vez se ve un lobo merodeando por las ciudades, y si alguno se atreve a acercarse a la morada de los humanos, lo hacen de madrugada y con mil cuidados. Son como sombras, como fantasmas, sin que sus colmillos y sus aullidos consigan intimidar a nadie.

La otra noche salí a darme un paseo. Me sentí lobo desdentado. Lancé mi aullido imperceptible y ni siquiera la luna llena mostró interés.

Quién lo iba a imaginar. Hoy nadie asusta más en las madrugadas del mundo que las caperucitas. Ellas curiosamente ensayan sus aullidos y cazan lobos tristes y asustados y con ellos calman su necesidad de carne y de sangre fresca. La carne dispuesta a ser mordida, violada, mutilada.
Bailan, aúllan, arden y pierden la cabeza mientras los lobos tiemblan.

TADEO