ROBERTO DURÁN, UN ARTESANO TRINITARIODecían mis profesores de la universidad, que en tiempos de crisis afloran los artesanos. Debe ser porque la gente busca medios alternativos de ganar dinero, y en la Cuba de los 90, esa necesidad nos invadió.
En ciudades turísticas como Trinidad de Cuba, muchos fueron los artesanos que afloraron, y entre ellos, los talladores, tejedores, pintores, ceramistas, tuvieron el lugar más destacado.
En ciudades turísticas como Trinidad de Cuba, muchos fueron los artesanos que afloraron, y entre ellos, los talladores, tejedores, pintores, ceramistas, tuvieron el lugar más destacado.
Roberto Durán es uno de estos artesanos. Nació con el don de modelar determinados materiales como la madera, la piedra, el yeso, etc. Pero más allá de eso, Durán, que es como le decimos todos en el pueblo, es un buen amigo y un ser humano entrañable y curioso.Con él estuve conversando largo y tendido y saciando mi curiosidad por los avatares de su pintoresca vida. Aquí les trascribo mis anotaciones, para que de este modo, conozcan mejor a un trinitario auténtico, a un cubano genuino, y con él, un pedazo de la historia viviente de Cuba y sus pobladores.
Roberto Durán Bermúdez es un artista autodidacta. Nació en Trinidad el 13 de mayo de 1959, unos meses después del triunfo de la Revolución. Es decir, su madre se quedó embarazada en el capitalismo y parió ya en el comunismo. ¡Los caprichos de la vida!Su infancia fue como la de todos los niños de su edad. Estudió la primaria en los colegios de la ciudad y con 16 años se fue al servicio militar obligatorio (SMO) hasta los 19 años.
Con esa edad se fue a Placetas, provincia de Villa Clara, a estudiar la especialidad de conductor de trenes. Cuatro años después ya estaba en condiciones de ejercer dicha profesión, pero la verdad es que no lo enganchó demasiado ese oficio.
Algunos meses después, regresó a Trinidad y empezó a trabajar en el taller de cerámica de “El Alfarero”, la empresa de alfarería de la ciudad, propiedad de la familia Santander, familia de origen española que mantuvo el monopolio del barro en Trinidad incluso después del triunfo de la Revolución.
Allí permaneció aproximadamente 9 años, y descubrió su vocación de ceramista, pues tuvo la oportunidad de hacer sus primeras obras usando los materiales que allí tenía a mano y el resto de posibilidades propias de una fábrica de cerámica como esta.
En 1985, contando ya con 32 años, viajó a Alemania, país donde permaneció durante 4 años estudiando el idioma y trabajando en una fábrica de papel.
Viajar a Alemania le cambió la vida. Estuvo asentado en la ciudad de Dresde, en la Alemania democrática. Allí tuvo la posibilidad de vivir en primera persona todo el proceso del derrumbamiento del muro de Berlín y del comunismo en Rusia y en los países comunistas de la Europa del Este. También tuvo la posibilidad de visitar algunos de estos países como Hungría y la antigua Checoslovaquia.
En 1990 regresó a Cuba con la incertidumbre del Período Especial y de lo que podría ser de la Revolución.
Cuenta Durán que a su regreso, tenía la sensación de que en la isla todo era viejo, que todo estaba empobrecido. Parece que su visita al país de Carlos Marx le dio otra visión del mundo. Todo parece indicar que después de una experiencia tan impactante, ya no volvió a ser el mismo.
Ese mismo año regresó a trabajar a “El Alfarero”, y allí, decidió empezar a darle forma artística al barro y la madera. Sus trabajos tenían alma y belleza. Sus amigos lo animaron a sacarle provecho a su talento, y así empezó a vender su obra y a vivir de ello hacia el año 1996.
En 1998 recibió el carné de la ACAA (Asociación Cubana de Artistas y Artesanos) que lo acredita como un artista profesional y con pleno derecho para vivir de comercializar su obra, pues el Fondo de Bienes Culturales de Cuba, lo acredita como artesano.DATOS DE CONTACTO DEL ARTISTA:
Roberto Durán Bermúdez
Calle José Mendoza nº 167
E/ Agustín Bernal y Antonio Duménico
Trinidad, Sancti Spíritus.
TADEO




Los animales más sabios de todos los continentes se están reuniendo con los suyos para recoger las opiniones de todos. Luego, viajarán a un punto secreto del mundo y allí concretarán sus acciones para salvar al planeta.
Que los dioses y los espíritus de los animales, de los bosques, de los ríos, de los mares y de las estrellas nos protejan y nos ayuden a salvarnos de los hombres poniendo en sus mentes luz para que sean capaces de cooperar en la gran empresa. El futuro tiene que ser de todos. O nos salvamos juntos o pereceremos todos.








Otra cosa que me ha llamado la atención es que hay personas que compiten los unos con los otros por ser reconocidos como el que más sabe de setas. A veces estas discusiones entre supuestos entendidos, o simples alardosos, ha terminado mal.

























